La intención de este blog es
comentar y discutir temas sobre antibióticos y aspectos relacionados. Antibiosis
deriva de Biosis. Hoy deseo comentar sobre un reciente descubrimiento que nos
debe hacer reflexionar sobre la estructura de los virus y el surgimiento de un
probable dominio de la vida hasta ahora desconocido.
En el año 1977, basándose en la
secuencia de los genes codificantes para los ARN 16S y ARN 18S, Carl Woese
propuso junto con George Fox una nueva clasificación de los seres vivos en tres
grandes dominios, denominados Eukarya, Bacteria y Archaea. La evidencia
científica de las tres últimas décadas ha confirmado la propuesta de Woese.
En el año 1992, durante el
estudio de un brote de neumonía en Bradford, Inglaterra, se descubrió una “bacteria”
en el citoplasma de una ameba de vida libre llamada Acanthamoeba polyphaga. Esa “bacteria”, visible mediante una
tinción de Gram en un microscopio común, fue denominada Bradfordcoccus por su
semejanza a un coco Gram-positivo. No fue hasta el año 2003 que investigadores
franceses lograron demostrar que ese microorganismo no era una bacteria, sino
en realidad un virus. Este grupo de virus se denominó Mimivirus (de mimicking
microbe virus) por su semejanza microscópica a bacterias. Otros
virus gigantes fueron descubiertos desde entonces, incluyendo el Megavirus chilensis reportado en el año
2011.
Recientemente se publicó, el 19
de Julio de 2013, en la revista Science un artículo sobre el aislamiento de otro virus gigante que se replica dentro de amebas de vida libre y que se ha
denominado Pandoravirus, del cual se
han aislado dos posibles especies (Pandoravirus
salinus y Pandoravirus dulcis).
Son varias las sorpresas que nos plantea este descubrimiento.
En primer, la estructura del virus nos recuerda una ánfora, con dimensiones de
1 µm de longitud y 0.5 µm de diámetro. Este tamaño es incluso mayor que las
bacterias más pequeñas, pertenecientes al género Mycoplasma con un diámetro de apenas 0.5 µm. La carencia de una
cápside y la presencia de un tegumento entorno a la partícula viral, con una
apertura que permite el contacto con el contenido citoplasmático de la ameba
hospedadora, nos hace replantear los ciclos replicativos que se observan en los
virus.
En segundo lugar, y creo que más sorprendente, es el
tamaño del genoma de los pandoravirus. El genoma de Pandoravirus salinus, el más grande de todos los virus gigantes, contiene
más de 2,500 genes (el genoma de los procariotas Nanoarchaeum equitans tiene 552 genes, el de Mycoplasma genitalium 521, mientras que el de Candidatus Carsonella ruddi apenas 182), la mayoría (84%) de los
cuales no tienen homología con genes de otros seres vivos. Solamente 330, 58 y
43 de sus genes muestran homología con genes de eucariotas, bacterias y otros
virus, respectivamente. Una verdadera quimera. Además, el análisis filogenético
de la secuencia del gen de la ADN polimerasa de P. salinus y de otros virus gigantes los ubica en un dominio
separado de Eukarya, Bacteria y Archaea.
Surgen en estos momentos muchas preguntas. ¿Son los virus
(gigantes) seres vivos? ¿Derivan los pandoravirus de células? o, por el
contrario, ¿pueden ser considerados como los precursores de las proto-células?
Me quedo con la impresión de que los pandoravirus y demás virus gigantes
representan el eslabón perdido en la evolución celular.
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