jueves, 8 de agosto de 2013

Virus gigantes

La intención de este blog es comentar y discutir temas sobre antibióticos y aspectos relacionados. Antibiosis deriva de Biosis. Hoy deseo comentar sobre un reciente descubrimiento que nos debe hacer reflexionar sobre la estructura de los virus y el surgimiento de un probable dominio de la vida hasta ahora desconocido.

En el año 1977, basándose en la secuencia de los genes codificantes para los ARN 16S y ARN 18S, Carl Woese propuso junto con George Fox una nueva clasificación de los seres vivos en tres grandes dominios, denominados Eukarya, Bacteria y Archaea. La evidencia científica de las tres últimas décadas ha confirmado la propuesta de Woese.

En el año 1992, durante el estudio de un brote de neumonía en Bradford, Inglaterra, se descubrió una “bacteria” en el citoplasma de una ameba de vida libre llamada Acanthamoeba polyphaga. Esa “bacteria”, visible mediante una tinción de Gram en un microscopio común, fue denominada Bradfordcoccus por su semejanza a un coco Gram-positivo. No fue hasta el año 2003 que investigadores franceses lograron demostrar que ese microorganismo no era una bacteria, sino en realidad un virus. Este grupo de virus se denominó Mimivirus (de mimicking microbe virus) por su semejanza microscópica a bacterias. Otros virus gigantes fueron descubiertos desde entonces, incluyendo el Megavirus chilensis reportado en el año 2011.

Recientemente se publicó, el 19 de Julio de 2013, en la revista Science un artículo sobre el aislamiento de otro virus gigante que se replica dentro de amebas de vida libre y que se ha denominado Pandoravirus, del cual se han aislado dos posibles especies (Pandoravirus salinus y Pandoravirus dulcis).

Son varias las sorpresas que nos plantea este descubrimiento. En primer, la estructura del virus nos recuerda una ánfora, con dimensiones de 1 µm de longitud y 0.5 µm de diámetro. Este tamaño es incluso mayor que las bacterias más pequeñas, pertenecientes al género Mycoplasma con un diámetro de apenas 0.5 µm. La carencia de una cápside y la presencia de un tegumento entorno a la partícula viral, con una apertura que permite el contacto con el contenido citoplasmático de la ameba hospedadora, nos hace replantear los ciclos replicativos que se observan en los virus.

En segundo lugar, y creo que más sorprendente, es el tamaño del genoma de los pandoravirus. El genoma de Pandoravirus salinus, el más grande de todos los virus gigantes, contiene más de 2,500 genes (el genoma de los procariotas Nanoarchaeum equitans tiene 552 genes, el de Mycoplasma genitalium 521, mientras que el de Candidatus Carsonella ruddi apenas 182), la mayoría (84%) de los cuales no tienen homología con genes de otros seres vivos. Solamente 330, 58 y 43 de sus genes muestran homología con genes de eucariotas, bacterias y otros virus, respectivamente. Una verdadera quimera. Además, el análisis filogenético de la secuencia del gen de la ADN polimerasa de P. salinus y de otros virus gigantes los ubica en un dominio separado de Eukarya, Bacteria y Archaea.

Surgen en estos momentos muchas preguntas. ¿Son los virus (gigantes) seres vivos? ¿Derivan los pandoravirus de células? o, por el contrario, ¿pueden ser considerados como los precursores de las proto-células? Me quedo con la impresión de que los pandoravirus y demás virus gigantes representan el eslabón perdido en la evolución celular.

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